Nietzsche Y La Transformación Del Individuo
La Critica De La Moral Ascética Y La Transvaloración De Los Valores
Con este término se refiere Nietzsche a la transformación que ha sufrido el significado de los conceptos "bueno" y "malo". En su origen querían indicar la valoración propia de dos castas o estamentos, dos tipos o formas de ser: los nobles y los plebeyos. Una realidad superior y otra inferior. Por la acción de la casta sacerdotal, que hizo posible la "rebelión de los esclavos", estos términos pasan a tener un significado moral, en el orden de la conducta deseable, y son totalmente invertidos en su significación: los valores nobles son considerados como malos los propios del plebeyo son considerados como buenos y apreciables. Con la muerte de Dios y la llegada del superhombre habrá de producirse una nueva transvaloración de todos los valores que devuelva el primitivo significado a los términos "bueno" y "malo", más allá de la valoración moral y del sentido que ésta les atribuye.
El Superhombre Y El Eterno Retorno
Para el eterno retorno de lo mismo, es necesaria tanto la generación de algo como su destrucción (la vida y la muerte de los seres vivos, la elevación y la derogación de regímenes políticos, la proposición y la crítica de teorías filosóficas, etc.)
Con frecuencia cuesta aceptarlo y sin duda los modos con los que se produce son siempre muy importantes, pero reprochárselo sin más a la vida, atribuyendo superioridad moral a cualquiera de sus necesidades es, para Nietzsche, algo impropio de espíritus elevados.
El eterno retorno significa la perenne repetición del tiempo, de los instantes, que priva de carácter definitivo a cualquier acontecimiento
Una de las imágenes filosóficas más conocidas de Nietzsche es la del superhombre. No debe entenderse como el reconocimiento de que algún individuo o alguna raza poseen superioridad congénita sobre los demás, sino como una aspiración moral que es necesario sostener para afirmar la vida
Está en el camino del superhombre quien cultiva tanto los valores apolíneos como los dionisiacos, quien se percata de la nada y la muerte de Dios con voluntad de poder, quien se rige por una moral de señores y no de esclavos, quien asume sin resentimiento y con alegría el sentido de la tierra, el eterno retorno de la vida
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